El principal escollo que invita a muchos españoles a plantearse comprar vivienda antes de que termine 2010 es, sin duda, el cambio fiscal que se aplicará con la entrada del próximo año. La legislación permite ahora deducirse hasta un máximo de 9.015 euros en el IRPF por la compra de vivienda habitual. No obstante, a partir de 2011, entran en vigor nuevos e importantes cambios que reducen de manera significativa la deducción en función de las rentas del contribuyente.
Hasta el 1 de enero, la fiscalidad se aplicará a todos los nuevos compradores de vivienda. En las escasas semanas que quedan de ejercicio, quienes compren un piso se beneficiarán de la fiscalidad vigente durante todo el tiempo que dure su préstamo, sin importar su salario. También quienes ya tienen suscrito un préstamo disfrutarán aún de los beneficios fiscales más allá de 2011 y durante todo el tiempo de amortización de su hipoteca.
Sin embargo, desde enero del próximo año, sólo optarán al actual límite de deducción de 9.015 euros en el IRPF por la compra de vivienda quienes perciban rentas menores de 17.000 euros anuales. Sólo las rentas más bajas tendrán derecho a la deducción, que se recortará de modo progresivo conforme aumenten los ingresos, hasta alcanzar la cifra de 24.000 euros. En este momento, desaparecerá por completo la deducción.
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